Dos días, una noche (2014)

Sandra Bya, casada y con dos hijos, ha estado de baja en su trabajo en Solwal por depresión. Durante su ausencia del trabajo, su jefe, M. Dumont, a sugerencia de su supervisor inmediato, el capataz del taller Jean-Marc, calcula que su sección de la empresa puede funcionar con dieciséis personas trabajando a tiempo completo con un poco de horas extras en lugar de diecisiete sin horas extras, siendo esa decimoséptima persona Sandra. Debido a la competencia global a la que se enfrenta la empresa, Dumont decide que la empresa sólo puede financiar las primas anuales de esos dieciséis empleados, que son de 1.000 euros por persona, o el trabajo de Sandra, dejando la decisión en manos de esos dieciséis. Un viernes, cerca del final de su baja médica, Sandra se entera de esta situación a través de su amiga y compañera de trabajo Juliette, después de que se celebre la votación "a mano alzada", cuyo resultado es una decisión de 13-3 a favor de las primas sobre el puesto de trabajo de Sandra. Como Juliette sabe que Jean-Marc, que está decidido a deshacerse de Sandra, ha influido en la votación metiendo miedo mediante información errónea, Juliette y Sandra, al final de la jornada laboral del viernes, consiguen convencer a Dumont de que se celebre otra votación secreta el lunes por la mañana, en la que Sandra necesita una mayoría para conservar su puesto de trabajo, es decir, nueve votos. El sábado por la mañana, Manu, el marido de Sandra, que la apoya, la convence de que durante el fin de semana debe hablar con todos y cada uno de los trece que han votado a favor de las primas para hacerles cambiar de opinión. Los Byas no sólo necesitan los ingresos del trabajo de Sandra, sino que Manu cree que el trabajo es un símbolo para Sandra de su propia valía, importante ahora en su tenue estado mental. A medida que Sandra se dedica a esta tarea a regañadientes, se da cuenta de que no sólo se siente incómoda en esta situación un tanto conflictiva, sino que las personas que han votado en su contra tienen sus propios conflictos domésticos por sus propios 1.000 euros, que mantendrían a algunos de ellos a flote económicamente. A medida que avanza el fin de semana, Sandra descubrirá si es lo suficientemente fuerte emocionalmente para afrontar la situación.