Boston Legal (2004)

Alan Shore no encajaba exactamente en los bufetes de abogados en los que solía trabajar, en gran parte debido a su indiferencia casual por la ética y las prácticas morales. Está dispuesto a hacer prácticamente cualquier cosa para sacar a sus clientes del atolladero, y toma las decisiones ejecutivas de gran calado en su nuevo bufete. Shore destaca sobre todo por su disposición a aceptar casos que nadie más quiere y a ganarlos de forma concluyente. Pero el tipo de tácticas que emplea Alan tiende a ganarse enemigos, y descubrirá que el precio es alto cuando te pasas la vida sin pensar en las consecuencias.