El último magnate (1976)

El Hollywood de los años 30. Monroe Stahr, jefe de producción de International World Films, es conocido dentro del negocio como el chico maravilla por ser capaz de presentar la verdad y el núcleo emocional de las películas del estudio. Se ha sumergido en su trabajo desde la muerte de la estrella de cine Mina Davis, con la que estaba íntimamente relacionado. Su concentración exclusiva en el trabajo ha provocado el deterioro de su salud. Además de esforzarse por conseguir la perfección en las películas del estudio a cualquier precio, tiene que hacer de niñera de estrellas temperamentales, lidiar con directores y guionistas descontentos, estos últimos que, al no apreciar sus tácticas de mano dura, están tratando de sindicalizarse, y lidiar con el Consejo de Administración del estudio, presidido por su viejo socio Pat Brady, que trabajan únicamente en función de los costes e ingresos. Mientras Cecilia Brady, la hija de Pat, ya adolescente, alcanza su despertar sexual y persigue a Monroe, que nunca la ha visto como un ser sexual, éste se encapricha de una joven que ve a lo lejos en la visita al estudio. Se enterará de que es la inmigrante irlandesa Kathleen Moore, y su enamoramiento se debe en gran medida a su parecido con Mina. También se enterará de que, aunque ella también se siente atraída por él, lleva una vida compleja que quizá no le incluya en su futuro. Lo que ocurra en su búsqueda de Kathleen afectará a su vida en general.