Penélope (1966)

Disfrazada, Penelope Elcott acaba de robar con éxito el banco en el que trabaja su marido James Elcott como presidente. Este robo se produce después de una serie de robos de joyas que ha cometido en víctimas seleccionadas. Penélope intenta averiguar por qué está haciendo estas cosas con la ayuda de su exasperado terapeuta, el Dr. Gregory Mannix, que se encuentra en un dilema mental sobre su amor por ella y ahora qué hacer con esta información de sus crímenes. Penélope no tiene remordimientos, ni necesita, ni siquiera utiliza, el dinero acumulado por sus crímenes. No se cree cleptómana, ya que sus robos no son una compulsión. E incluso se jacta con la idea de que los demás sepan que ha cometido esos delitos, gente como Horatio Bixbee, el teniente de policía encargado de investigar el robo del banco, e incluso el propio James. Pero cuando Penélope finalmente se da cuenta de por qué está haciendo estas cosas y de lo que debe hacer ahora, lo obvio puede llegar a ser demasiado obvio. Y James puede llegar a su propia comprensión demasiado tarde.