Trama
Cuando roban en la casa de Ruth, la pérdida monetaria es la menor de sus preocupaciones. Es un acto que siente como una violación, y le cuesta dejarlo pasar. Al principio arremete contra los vecinos que no limpian lo que ensucian sus perros, pero pronto se une a un irritante vecino para localizar a los hombres que han robado en su casa. Pronto se darán cuenta de que pueden haber mordido más de lo que pueden masticar. No encontrarán ninguna ayuda en el camino. A pesar de que los dos acumulan una pila de pruebas cada vez más convincente, la policía sigue sin hacer nada.