Johnny Bravo (1997)

Johnny Bravo (Jeff Bennett) es un ingenuo narcisista con un peinado rubio pompadour inmaculadamente cuidado, gafas de sol siempre presentes, un cuerpo cincelado y un acento de Elvis. Bravo pasa la mayor parte de su vida fracasando estrepitosamente en su afición a las mujeres y metiéndose en problemas (normalmente debido a las mismas) que en cualquier otra cosa, salvo quizás en el gimnasio. A menudo le ayudan a salir de apuros su cariñosa madre jubilada, Bunny (Brenda Vaccaro), y la vecina niña-prodigio Suzy (Mae Whitman), a la que encuentra ligeramente molesta en el mejor de los casos, y considera un serio calambre en su estilo. Cuando se trata de mujeres, simplemente no sabe cuándo parar, cayendo casi instantáneamente de cabeza con cualquier mujer atractiva con pulso en la que pone los ojos, persiguiéndolas implacablemente, a pesar de los repetidos rechazos y a menudo recibiendo uno o tres duros golpes de los objetos de sus encantos. De hecho, las tres únicas cosas que ama en la vida son (por orden) las mujeres, él mismo y su madre, aunque el orden de las dos primeras es objeto de debate.