Gunslinger Girl (2003)

La Agencia de Bienestar Social, una corporación patrocinada por el gobierno, se dedica a salvar a los niños huérfanos o abandonados que padecen una enfermedad terminal o están heridos más allá del punto de salvación. Mediante implantes cibernéticos, la Agencia utiliza un proceso llamado "condicionamiento" para convertir a los niños huérfanos en máquinas de matar sin emociones, sin apenas recuerdos, sin consuelo humano y, lo que es peor, sin libre albedrío. Las chicas que componen la unidad de asesinatos de la Agencia de Bienestar Social son Henrietta, Triela, Claes, Rico y Angélica, todas ellas con antecedentes turbios que las llevaron a formar parte de la Agencia. Cada una de ellas es experta en artes marciales, armas y tácticas, demoliciones, idiomas extranjeros, espionaje y contraterrorismo, habilidades que son necesarias cuando se trata de terrorismo, negocios ilegales de armas o incluso organizaciones criminales que tienen un serio dominio sobre el país europeo. Pero mientras estas chicas son las armas perfectas contra este tipo de problemas cotidianos, deben hacer todo lo posible para aferrarse a los pequeños trozos de humanidad que les quedan, ya que se ven obligadas a cometer asesinatos a sangre fría, a veces incluso matando a personas inocentes que se interponen en su camino. A José, el controlador de Henrietta, no le gusta la forma en que ella y las otras chicas son tratadas como herramientas para la masacre y le duele cada día ver que Henrietta y sus amigas tienen que pasar por este tipo de vida. Pero si Henrietta y las demás quieren vivir para ver el mañana, tienen que hacer de conejillos de indias y ganarse el pan, ensuciándose las manos para el organismo de Bienestar Social, que es el responsable de darles su segunda oportunidad en la vida. Porque si no siguen las reglas de la agencia... morirán.