Gárgolas (1994)

En la Edad Media, existía una raza de monstruos guerreros heroicos conocidos como Gárgolas. Estas criaturas existían como piedra durante el día, pero se convertían en carne y hueso por la noche. Un clan escocés se alió con los humanos para ayudar a proteger un castillo durante la noche si los humanos protegían sus formas de piedra durante el día. La incómoda alianza se rompió cuando los prejuicios humanos provocaron una traición que permitió saquear el castillo y destruir a la mayor parte del clan residente, dejando sólo seis supervivientes adultos y una colonia de huevos sin incubar. Un nuevo malentendido durante la represalia del clan contra los invasores y el rescate de sus rehenes dejó al clan congelado en piedra por un hechizo mágico que sólo se rompería cuando el "castillo se alzara sobre las nubes". Durante mil años, el castillo permaneció abandonado y el clan condenado por esta maldición. En 1994, un acaudalado multimillonario llamado David Xanatos (Jonathan Frakes) compró el castillo y transportó toda la estructura a Manhattan, donde la colocó en lo alto del edificio Eyrie, de su propiedad. Está lo suficientemente alto como para estar por encima de las nubes, por lo que se cumplieron las condiciones del hechizo y las Gárgolas revivieron. Ahora, este clan debe adaptarse a esta nueva era y ganar amigos, como la detective Elisa Maza (Salli Richardson-Whitfield), que revela que Xanatos las revivió para explotarlas para sus fines sin escrúpulos. A esto se une el hecho de que otra camarada de las Gárgolas, Demona (Marina Sirtis), está viva desde su época, y ahora es una renegada demente empeñada en el exterminio de la humanidad. Rebelándose contra ellos, el clan abandona el castillo y se compromete a proteger la ciudad de Nueva York como protegieron el castillo en el pasado.