Wimbledon (El amor está en juego) (2004)

El británico Peter Colt está al final de su carrera como tenista profesional, actualmente clasificado en el puesto 119 del mundo -más de 100 puestos por debajo del máximo de su carrera, 11, hace seis años- y sin haber ganado a un jugador del top 10 en tres años. Tiene fama de no ser capaz de terminar los partidos importantes, por lo que nunca ha alcanzado la grandeza en este deporte. Este año participa como wild card en Wimbledon, que será su último torneo antes de pasar a regañadientes a la siguiente fase de su vida como profesional del tenis en un club de campo de lujo. En el otro extremo se encuentra la estadounidense Lizzie Bradbury, que este año participa por primera vez en Wimbledon, y a la que se le atribuye la posibilidad de ganar el campeonato en su primer intento. Es una jugadora temperamental, que utiliza ese temperamento para alimentar su impulso. Las dos se encuentran por primera vez en el torneo. Debido a su atracción mutua, combinada con el hecho de tratar de mantenerse concentrados en la tarea de ganar, se embarcan en una relación sexual casual durante el torneo, siempre que el estado de ánimo de alguno de ellos lo requiera. Pero esa relación casual pronto se convierte en algo más profundo para ambos. Mientras que su floreciente amor lleva a Peter a jugar mejor que en años, se convierte en una distracción para Lizzie, lo que no le gusta a su padre, el entrenador Dennis Bradbury. Peter y Lizzie tienen que decidir si pueden continuar con su relación romántica y seguir centrados en ganar el campeonato, y si no es así, qué es más importante, la respuesta que puede ser diferente para los dos en sus diferentes puntos de sus respectivas carreras.