Urbania (2000)

Charlie emprende una odisea a través del dolor durante un fin de semana de otoño en Nueva York. Sus encuentros son planificados y fortuitos: con un vagabundo que duerme junto a su edificio, con un amigo que se está muriendo, con la pareja que vive (y ama ruidosamente) en el piso de arriba, con un camarero y una pareja de una noche a la que sigue hasta su casa, y con un desconocido tatuado al que busca y del que se hace amigo. Por el camino, Charlie habita en una ciudad llena de momentos de violencia y de historias y leyendas: un ladrón de riñones, un caniche cocinado en el microondas, una rata en un bollo de perrito caliente, un bebé abandonado en la capota de un coche, el cepillo de dientes de un turista, agujas en las ranuras de cambio de los teléfonos públicos. Charlie vive y cuenta sus propias historias. ¿Cuál es la causa de su melancolía?