La amenaza de Andrómeda (1971)

Cuando prácticamente todos los habitantes de Piedmont, Nuevo México, son encontrados muertos tras el regreso a la Tierra de un satélite espacial, el jefe del Proyecto Scoop de las Fuerzas Aéreas estadounidenses declara una emergencia. Muchos años antes de este incidente, un grupo de eminentes científicos liderados por el Dr. Jeremy Stone (Arthur Hill) abogaba por la construcción de un laboratorio seguro que sirviera de base en caso de que una forma de vida biológica alienígena regresara a la Tierra desde una misión espacial. Stone y su equipo -los doctores Dutton, Leavitt y Hall (David Wayne, Kate Reid y James Olson, respectivamente)- acuden a la instalación, conocida como Wildfire, y tratan de aislar primero la forma de vida mientras determinan por qué sobrevivieron dos personas de Piedmont (un viejo borracho y un bebé de seis meses). Los científicos estudian metódicamente la forma de vida alienígena sin saber que ya ha mutado y que representa un peligro mucho mayor en el laboratorio, que está equipado con un dispositivo de autodestrucción nuclear en caso de que consiga escapar.