Sin palabras (1994)

Al conocerse por primera vez en la tienda de regalos del hotel de Las Cruces, Nuevo México, donde ambos se alojan, existe una innegable y mutua atracción entre Julia Mann y Kevin Vallick, siendo lo que comparten su insomnio y el ser ambos escritores. Esa atracción puede dar un giro cuando descubren en un momento inoportuno que él ya no es el guionista de comedias de televisión que ella creía y que ella ya no es la reportera que él creía, sino que ambos son redactores de discursos para candidatos opuestos para el único escaño abierto en el Senado de Nuevo México, ella escribiendo para el demócrata Lloyd Wannamaker, y él escribiendo para el republicano Ray Garvin. Más allá de los problemas de sus respectivas campañas que pueden haber dejado escapar en sus conversaciones de almohada, tienen que decidir si el amor y la política pueden mezclarse. Su situación se complica aún más: El ex prometido de Julia, el corresponsal de guerra Robert Freed -apodado Baghdad Bob-, que intenta recuperarla, ella que rompió con él creyendo que quería una sección de animación más que una esposa; la singular relación de Kevin con la despiadada Annette, que le contrató para trabajar en la campaña de Garvin; algunas incorrecciones políticas no tan pequeñas que al otro bando le encantaría utilizar para desprestigiar a su oponente; y algunos malentendidos sobre el equilibrio entre sus vidas profesionales y personales.