Max (2002)

Múnich, 1918. El judío-alemán Max Rothman ha vuelto a gran parte de su vida de antes de la guerra, que incluye a su esposa Nina y sus dos hijos, a su amante Liselore von Peltz y a su trabajo como marchante de arte. Sin embargo, no ha vuelto a ser un aspirante a pintor, ya que perdió su brazo derecho dominante durante la guerra. Se le acerca un aspirante a pintor, un veterano de guerra austriaco de treinta años llamado Adolf Hitler, que quiere que exponga sus obras. Aunque no cree que los cuadros sean tan originales y no le gusta Hitler como persona, Rothman acoge a Hitler bajo sus alas aunque sólo sea por la camaradería de ser veteranos de guerra y por saber que Hitler no tenía nada ni nadie a quien volver después de la guerra, a diferencia de él mismo. Rothman cree que Hitler es prometedor si sólo puede encontrar su punto de vista artístico original. En parte por necesidad de dinero, Hitler, a instancias del capitán Karl Mayr, acepta trabajar para el ejército como portavoz político en la propaganda antisemita. Poco a poco, la visión de Hitler se convierte en una visión holística de un nuevo mundo, en el que empieza a fundir su arte y su política. Rothman se entusiasma con el punto de vista artístico de Hitler, a pesar de su inclinación antisemita. La cuestión es si los sentimientos que se esconden detrás del punto de vista se imponen a su mérito artístico.