Los limoneros (2008)

Tras el fallecimiento de su marido a causa de la debilidad de su corazón, Salma Zidane, de lengua árabe, madre de dos hijas casadas y de un hijo afincado en Estados Unidos, Nasser, vive ahora sola en Kalkiya, en Cisjordania, y su única fuente de ingresos es un limonar ancestral. Cuando el recién nombrado Ministro de Defensa, Israel Navon, se muda a la casa de al lado, la zona se rodea de personal del Servicio Secreto, vallas de seguridad, soldados y una torre de vigilancia. Entonces recibe una carta en hebreo en la que se le notifica que los limoneros suponen una amenaza para la seguridad, que deben ser destruidos y que será indemnizada. Entonces se reúne con personas de la comunidad y, con la ayuda del abogado retornado de Rusia, Ziad Daud, presenta un recurso ante el Tribunal Militar. Este Tribunal no sólo desestima la denuncia, sino que ordena que la arboleda sea cercada. Agraviada, decide apelar al Tribunal Supremo, y se siente angustiada cuando los soldados le niegan incluso el permiso para regar los árboles, mientras que su vecino llega al extremo de robar limones. Las cosas empeoran aún más cuando se produce una explosión en la residencia de su vecino durante una fiesta de inauguración. Mientras tanto, Ziad espera convencer al Tribunal Supremo de que la destrucción de la arboleda no sólo viola las leyes internacionales, sino también el artículo 53 de la Convención de Ginebra. Pero en un país que parece no tener fronteras, con frecuentes toques de queda y en el que las disposiciones de la Ley de Intifidah facultan al régimen para declarar las propiedades palestinas como territorio hostil, confiscar tierras y derribar casas para construir prisiones, con impunidad, ¿tendrá alguna posibilidad?