Demon (1976)

Encaramado a una torre de agua en lo alto de la ciudad de Nueva York, un francotirador, utilizando un rifle barato sin calibrar, es capaz de disparar con una precisión y distancia sorprendentes a pesar del equipo, matando a varias personas inocentes a nivel de la calle. A pesar de ser uno de los primeros en llegar al lugar de los hechos, el detective de la policía de Nueva York Peter Nicholas se siente obligado a subir a la torre de agua para intentar hablar con el francotirador de forma pacífica. Peter descubrirá que el hombre se llama Harold Gorman, y que no tiene antecedentes de enfermedad mental ni de delincuencia. Entonces, a la importante pregunta de "¿por qué?", Harold responde: "Dios me lo dijo", antes de saltar a la muerte. Este caso es sólo el primero de varios similares con los que se encuentra Peter, en los que personas aparentemente normales se ven obligadas a cometer actos de asesinato en masa en nombre de Dios, la mayoría suicidándose o muriendo de alguna forma misteriosa inmediatamente después de esta declaración. En el curso de su investigación, Peter cree que el supuesto poder divino que dirige a estas personas a cometer estos actos atroces es un "hombre" llamado Bernard Phillips. A medida que Peter averigua más y más sobre Bernard y su vida, todo para tratar de descubrir la respuesta de cómo es capaz de obligar a sus seguidores, Peter se enfrenta a cuestiones sobre su propia vida en relación: crecer en el sistema católico de acogida sin conocer la identidad de sus padres biológicos; seguir siendo un católico devoto; por qué él y su sufrida esposa Martha nunca tuvieron hijos; y por qué él y Martha no se divorciarán a pesar de que hace tiempo que dejaron de ser una pareja salvo en el nombre, y a pesar de que hace tiempo que mantiene una relación seria de convivencia con la profesora Casey Forster, con la que también se resiste a la idea de tener hijos.