Pena de muerte (1995)

La hermana Helen Prejean visita al asesino convicto Matthew Poncelet durante la última semana antes de su ejecución ordenada por el Estado. A través de sus ministerios como monja, la hermana Prejean trabaja en los proyectos afroamericanos pobres de St. Thomas de Nueva Orleans y entra en contacto por primera vez con Poncelet a través de las cartas que éste le envía a su orden. Ella responde a la carta de Poncelet, lo que la lleva a visitar a Poncelet en la cárcel. Aunque no tiene experiencia en la capellanía criminal, la hermana Prejean se convierte en la consejera espiritual de Poncelet y lo pone en contacto con el abogado Hilton Barber, que ayuda a Poncelet a apelar su condena ante la Junta Estatal de la Pena Capital, el gobernador Benedict de Luisiana y el Tribunal Supremo del Estado de Luisiana sin éxito. Después de que el Sr. Delecroix, padre de una de las víctimas, regañe a la hermana Prejean por haber ayudado a Poncelet, la hermana Prejean visita a las familias de las víctimas y escucha, con los ojos llorosos, sus historias de dolor, sufrimiento y angustia. Ante una oleada de oposición y críticas, la hermana Prejean ayuda a Matthew Poncelet a asumir la responsabilidad de los asesinatos y violaciones que cometió. Canta himnos, lee la Biblia y apoya una mano cariñosa en el hombro de Matt mientras éste camina hacia su muerte por inyección letal.