Billy el embustero (1963)

Billy (Tom Courtenay), un joven empleado británico en una sombría oficina de pompas fúnebres de North Country, es bombardeado a diario por la propaganda de los medios de comunicación de que todo se puede pedir. Esta doctrina transparentemente falsa, unida al monótono trabajo y a su alocada imaginación, le lleva a realizar frecuentes vuelos a la "Ambrosía", un reino mítico en el que es coronado rey, general, amante o cualquier héroe idealizado que la situación real del momento le haga desear. Su compromiso vacilante y su inmadurez post-adolescente han creado situaciones que hacen que Ambrosia sea aún más atractiva. Ha conseguido comprometerse con dos chicas diferentes simultáneamente, mientras está enamorado de una tercera, Liz (Julie Christie). Tiene problemas con su empleador, ya que ha gastado una gran cantidad de dinero en sus frivolidades personales. Por último, pero no menos importante, su sueño de convertirse en un guionista famoso y bien pagado en Londres parece condenado. La única persona en su vida capaz de bajarlo a la Tierra es Liz, y lo tiene difícil. Finalmente, consigue que su vida esté lo suficientemente ordenada como para marcharse a Londres con su verdadero amor, pero aún no ha conseguido enfrentarse al mundo real. Abandona el tren para comprar leche en una máquina expendedora y observa cómo el tren parte lentamente hacia Londres con Liz a bordo. Vuelve al refugio más cómodo de la casa de sus padres, Ambrosia, y a su imaginación.