Van Gogh, a las puertas de la eternidad (2018)

Se presentan los dos últimos años (1888-1890) de la vida de Vincent van Gogh, que transcurren en gran medida en el sur de Francia, concretamente en Arles. Le mueve su arte y lo que su arte significa para él, en contraposición al objetivo principal de ganar dinero, lo que no consigue al no vender ninguno de sus cuadros y, por tanto, al ser apoyado económica y emocionalmente por su hermano, Theo van Gogh. A diferencia de su amigo y colega Paul Gauguin, que tiene un mínimo de éxito, Van Gogh es visto como menos contemplativo en su trabajo debido en gran parte a la velocidad a la que pinta y a lo que se considera el estilo desordenado de gruesas pinceladas de pintura sobre el lienzo, pero podría decirse que es más contemplativo independientemente de lo prolífico que sea. Esa naturaleza contemplativa general se manifiesta más como locura, aparente o real, como demuestra un acto infame relacionado con su oreja izquierda.